Antes de las vacaciones de Fallas y Semana Santa pensé en cumplir de una vez por todas lo que tanto me propongo: hacerme una gestión del tiempo.
Sin embargo; como sus predecesoras, la agenda sigue tan pulcra como siempre. La propuesta se quedó en el aire, y me dediqué la mitad de estos días a hacer el gilipollas por ahí, en lugar de maximizar mi rendimiento.
¿Me siento culpable? Bueno, se podría decir que sí, que ahora mismo debería estar agonizando porque la culpa me carcome . Pero intuyo que tengo un yo latente que pugna por emerger, y que mi yo consciente no está por la labor de permitírselo. Este yo latente me pregunta si realmente quiero planear mi vida (aunque únicamente sean unos días), actuar bajo las órdenes de una birria de papel, y dejar escaso tiempo a la improvisación y al libre albedrío, a vivir la vida como venga.
Y creo que sé la respuesta (mi "yo latente" grita de júbilo).
2 comentarios:
fino, elegante y con distinción. con este comentario Quiristina se reafirma como futura magna-letra de la real academia española de la lengua.
un ensayo fresco q aporta un nuevo toque a la literatura improvisada
:)
xDDD Sois geniales.
un abrazo desde Nunca Jamás
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